
Criar niños empáticos: una hoja de repaso
Enseñar a los niños a ser empáticos suena teórico y complejo hasta que te das cuenta de que la empatía no es más que una palabra sofisticada para la habilidad de preocuparse por los demás. Criar hijos capaces de notar, articular y responder con compasión a quienes están a su alrededor significa criar hijos que son capaces y están listos para tener éxito en un mundo cada vez más conectado. Suena bien, pero ¿cómo? A medida que consultamos con expertos a lo largo de Estados Unidos, nos percatamos de que el esfuerzo no es ni de cerca
tan abrumador como pareciera serlo. Las posibilidades de que ya hayas incluido muchas de estas cosas en tu vida diaria son grandes. Lee este artículo para obtener más consejos prácticos y útiles.
Da ejemplo, da ejemplo, da ejemplo
Como dice el viejo adagio, tus hijos están mirando. Ya sea ser grosero con el mesero que malinterpretó un pedido o girar los ojos a tu pareja, tus hijos notan cómo interactúas con el mundo a tu alrededor y copiarán ese comportamiento. Veamos de nuevo el ejemplo del desordenado mesero. En lugar de mostrar frustración, pregunta a tus hijos “Me pregunto cómo se sintió cuando entregó mal el pedido. ¿Cómo se sentirían ustedes?”, y luego, escucha.
Valida los sentimientos… incluso los desagradables
Los niños son máquinas andantes con sentimientos. Cada sentimiento es uno grande. Es fácil caer en la trampa de despreciar los sentimientos “irracionales” y empujar a tus hijos a que “lo superen y continúen”. Pero, por más que consuma tiempo, validar las emociones de tus hijos ayuda más a hacerlos sentirse mejor. Esto modela una verdadera respuesta empática a las emociones de los demás y les da a los niños un modelo para responder a los sentimientos de sus pares a medida que crecen.
Atrapa a tus hijos siendo amables
El comportamiento que se refuerza se mantiene. Es un hecho parental tan viejo como el tiempo. En lugar de embarcarte en una extensa conversación sobre los sentimientos y la amabilidad con los demás, atrapa a tus hijos siendo amables con sus hermanos, amigos y familiares. Si ves a tu hijo(a) levantando a su hermano para alcanzar algo de una repisa u observas a tu hija ofreciéndole un abrazo a un amigo, prémialos por su amabilidad. Es altamente probable que tu refuerzo positivo tenga un impacto mucho más duradero que la mejor conversación posible.
Como siempre, ¡tus consejos son bienvenidos! Siéntete libre de visitar nuestra página de Facebook y déjanos saber cómo enseñas empatía a tus pequeños.